Ingresó muy joven en la congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Licenciado en Filosofía y Letras, muy pronto se inclina por las ciencias naturales, su verdadera vocación. Tras enseñar en Canarias y en Córdoba, llega al colegio de la Salle de Almería a mediados del siglo XX como profesor de Ciencias Naturales. Aquí permanece más de cuarenta años impartiendo clases a numerosas generaciones de almerienses. En 1956 se hace cargo de la Sección de Botánica del Instituto de aclimatación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) e inicia una incansable labor de coleccionista de hierbas, insectos y fósiles valiosos con los que crea el Museo de Ciencias Naturales del Colegio La Salle de Almería. Este colegio es el albacea, en forma de museo, de todo el material que a lo largo de los años, el hermano Rufino se encargó de coleccionar, recopilar e intercambiar con otros museos, tanto nacionales como del sur y centro de América, principalmente. En la actualidad, el museo se encuentra bajo la custodia de los Hermanos de la Salle en Almería. Realizó más de mil trescientas excursiones por la provincia que le facilitaron el conocimiento y el material suficiente para desarrollar su interesante labor de investigación sobre la flora que es propia a Almería, con el estudio de las plantas más significativas del sur árido, descubriendo numerosas especies endémicas y únicas de la enorme diversidad genética y extraordinario valor geobotánico en el “paisaje desolador semidesértico del solar almeriense”. Una de las especies más bellas y representativas de la flora almeriense es la centaurea sagredoi dedicada en su día por el botánico granadino Gabriel Blanca al Hermano Sagredo. Este magnífico endemismo coloniza en Sierra Nevada, laderas próximas al Puerto de La Ragua.
Calificado de “científico predarwiniano” y “pionero del ecologismo almeriense” es el más prolífico investigador y naturalista de la historia de Almería. Dejó un legado científico con colecciones de vegetales e insectos de un valor incalculable, codiciado por estudiosos y universidades de varios países. En 1982 se le ofreció un homenaje por toda una vida dedicada al estudio de la flora y la fauna de la provincia de Almería.